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Johanna apareció como una brisa que se necesita, era suave y bien definida, sin guitarra ni poemas le pregunte si estabá en Troya, respondió rápidamente y simplemente :
"Si con el pincel escribieras en mi piel lo que estas pensado. Entonces concentrarte seria un reto entre la pluma y mi cuerpo, pasarían dos cosas, o escribieras el mejor poema del mundo, o estaríamos manchados de pintura por todo el cuerpo sin que se escriba nada.
Un reto para mi concentrarme en permanecer quieta, mientras con cosquilla me escribes que me quieres en la espalda....
O elegir detenerte para darte un beso."
Imagina como quedé frisado, y le dijé Dios !! pero ella solo en segundos describió mi sueño sin yo haber comentado. Le respondí con tiempo y bien analizado que seguro el pincel se desmaya al pasar por su piel, que yo me encargaría de hacer su trabajo y con las puntas de mis dedos seguir las oraciones que mi mente le traducen.
Eso serán versos tras versos, mientras con deseo mi mente provoca que me atreva, que me atreva a responder a los sensores que en mis dedos captan un deseo inexplicable.
Esta escritura paso en la vida real, Johanna no existe, pero me lo escribió
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