Con su inicio se termina la noche y con ella todo su derroche de pasión, de olor a coche y de sentir algo de reproche. Ya no s é pensaba en vídeos de hormigas, si había besos de mariposas, música no de trova y aliento más alcoholizado que se pueda patentizar. Feliz estaba el campesino, con ese cántico, pues el y su vecino se despiertan a sembrar su destino; más bien el árbol de aguacate sabe que se irá la fresca y tierna oscuridad y en pocas horas regresa el calor a tostar sus hojas. El prisionero escucha esa sincronizada canción, que sugiere libertad y rayos de sol; melancólico pues ya tenía su rincón, se pregunta por qu é sonó más que nunca esa canción? Cantaban los gallos su melodía y lenguaje, el poeta acostado pensando en un valle, la luna invisible y la modelo durmiendo, era todo como para recordarlo muy eterno. Dios notaba cómo el actor lo estaba haciendo mal, suspiro la princesa y soñaba más, el frío de la nieve congelaba sus pies y el crecido pr