La Vida
Aun te veo a mi lado sentada
En los muros de ladrillo de nuestra iglesia.
Recuerdo tus abrazos en cada parte, especialmente en tu casa.
Aun siento tu deseo en cada lluvia que toca tu puerta.
Recibo tu mirada con tanta ternura y posesión dirigida hacía mí.
Increíblemente creo tener tus manos entrelazadas con las mías.
Lo que menos resisto es que aun
necesito uno de tus besos para poder
encontrarme, para poder descansar,
para lograr dormir y parar de llorar.
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