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Habana de frío invierno colorido;
De ambiente musical y paz sin igual. Poco tamarindo que brinde su agrio, mejor hay sonrisas en todos los agros.
En las mañanas de balcón mientras tomaba café, veía claramente a don Julio como acompañaba a su esposa con la mirada mientras ella se iba a tomar la botella para el trabajo; de pronto silbaba y me decía claramente ( en su toalla blanca ) todo bien ? Y la Family ? Vociferaba alegremente.
El corazón del dragón está en La Habana; la Havana es el tórax que nutre, protege, oxigena, energiza y moviliza todo en ese país.
Allí pase más de 500 días y fiestas se respiran, con ensaladillas que nos hacían olvidar cómo regresaríamos a casa.
Está llena de historia; un día mientras iba en el trasporte, a mi lado un oficial de alto rango, dirigió hacia mi un resumen que resaltaba el porqué le apasiona ser militar; en impacto sentimental subrayó la gran trayectoria de lucha de su país y lo orgulloso que es proteger cada imperio de la ciudad que le dio vida a José Martí.
Por cada día que pasa el calor no derrite la cultura de este espacio; que cuando escuchas hablar su gente sientes un cántico sonero, sonriente, sencillo y que invita a pachanga.
Romántica ciudad, que no olvida sus antiguas formas y si llueve todo se esconde.
Sin mentiras y con tono fuerte, algún amigo da su fuete, el congri que comían los mambi, en toda casa te brindan a ti.
Milo no era un tin sonriente, parece que el café habanero le escondía los dientes, el no saludaba gente, pero vigilaba a todos cuidando al nuevo vedado.
Habana te quiero desnuda, opaca, oscura, con ruido en La Habana vieja, sin red, siempre con tu luna; te quiero con tu cultura, tus máquinas de montura y algunas personas y sus locuras.
Desde tu nido conocí países; en el malecón deje cicatrices; ahí mire nubes grises, que con guitarras hacían matices.
No hay mucho de tabú, no vi un ataúd y sus noches me llenan como comer mangu.
Me regalaste más de 500 versos, me brindaste todas tus cervezas, te inundaste más de 500 veces con mis lagrimas y me presentaste más de 500 amigos.
En mi biblioteca agrégate más de 500 nuevas canciones, que las oigo y siento iguales emociones, como Chan Chan en todas sus versiones.
Tu caña, tu maña, no vi araña y me encantan tus hazañas.
Yo vuelvo y caminaré mis calles, sonriendo disfrutando cada detalle, entrar a mi hospital y recibir los abrazos más dulces, calurosos, sinceros, golosos, pegajosos y eternos en mi.
Silvio es solo un sonido dulce de más de 500 habaneros que hay entre calles; ve a F y 23 y comete un helado de chocolate, mientras miras los pasares frente a casa Balear.
Te amo, por tu espíritu, por tus frutos, abres tus puertas a todos; hoy 500 veces más y celebro contigo desde mi lugar. Hermosa a ti llega mi canto.
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