Como de repente sube el café y te das cuenta por su olor. Así pasa con la lluvia en Cuba. Mezcla de cigarrillo y sudor, de perfumes y lentes de sol. El día pasa tan lento. Las noches son dulces y tímidas. Miradas frustradas y peces gigantes caminando las calles. Que independencia tienen los ancianos, caminan hasta con sus tres piernas para subir de nivel. Sonrisas reales, profesionales auténticos y enfocados. Te sientes bohemio desde que te subes al primer carro, en seguida quieres una cerveza y luego tirar una foto en la avenida 23 esquina L. Que hermoso es ver cómo en una patria se respeta su historia, sus héroes, sus emblemas. La música anda caminando en el viento, saliendo de instrumento reales y siendo vivida por escoltas antiguos que la llevan Protegida en la sangre. Las servilletas están en las nubes y la sencillez camina por las aceras. Para que hablar si hay mucho que disfrutar de Cuba Libre, envolverse en los dulces boniatos y refrescar las tardes rellenas de mojitos.
Acumulando versiones de mis sentimientos.