Cuando me usas como instrumento y no me doy ni cuenta, solo me doy cuenta cuando intento ver los días y mis actos. Ahí es que me siento agradecido contigo mi Dios. Porque me usas, me pones en lugar preciso, con personas especiales y además con tu protección. Cuando me usas sin decirme, es maravilloso. Así quiero que siempre sea mi vida, que sea la disposición de tus ideas. No tengo miedo, solo quiero servir. Tú conoces perfectamente mi corazón, mis debilidades y mis aptitudes. Por eso, te ruego que me sigas usando para lo que quieras. No olvides, que aún no te lo diga, siempre, yo quiero servirte, no quiero nada a cambio. Solo quiero que me sigas usando, no me lo digas, mejor regálame más humildad. Me siento feliz con todo lo que me regalas. Bendice por favor mis pasos, que nunca se nuble mi espíritu por intereses. Hoy te ruego que uses mis manos sin decirme, úsalas para ayudar, para estar dando el abrazo que se necesita. Mis manos para acariciar a quien esté triste. Yo no quiero
Acumulando versiones de mis sentimientos.